viernes, 24 de abril de 2009

Así, no!!!



Horas intensas de debate productivo arrojaron sabias conclusiones en la reunión de la Convención Nacional de la UCR desarrollada el pasado fin de semana pasado en la ciudad de Mar del Plata, y en virtud de ello es que puedo decir que fue una Convención diferente, donde a diferencia de otros encuentros los protagonistas fueron los convencionales y no los operadores políticos.

De dicho encuentro una de las resoluciones más trascendentes para el colectivo radical fue precisamente hacer honor a la denominación del partido que fundaron Leandro Alem e Hipólito Yrigoyen y en virtud de ello se exhortó a los correligionarios de todo el país a trabajar en haras de la Unión Cívica de los Radicales, así priorizando lo principal hablamos de dejar atrás el internismo y los personalismos para avanzar hacia la unión de la familia radical.

Tras leer en este matutino las declaraciones del Señor Convencional Nacional René Bonetto, criticando a otros correligionarios a través de los medios de comunicación, caracterizando al partido político UCR como una sigla o aconsejando a desoir las resoluciones de la Convención Provincial del radicalismo santafesino, entiendo que de ese modo no se aporta a concretar uno de los legados más importantes que nos dejó el Dr. Raúl Alfonsín de trabajar por la unidad del radicalismo.

martes, 21 de abril de 2009

Por la llibertad de expresión y el derecho a la información


En virtud del anteproyecto de ley de servicios de comunicación audiovisual que impulsa el Gobierno Nacional, el Secretario del Comité Departamental Rosario de la Unión Cívica Radical Carlos Vila declara:

"Que una regulación restrictiva como la que impulsa el kichnerismo afecta la libertad de expresión y el derecho a la información en virtud de plantear condiciones arbitrarias de restricción".

"Que la ley vigente de radiodifusión data de 1980 y que con sus casi doscientas modificaciones, incorporadas fundamentalmente durante las gestiones de los Presidentes Menem, Duhalde y Kichner posibilitó la instauración de un esquema de concentración de medios permitiendo la participación de capital extranjero en los medios y la ampliación del número de licencias en un mismo prestador"

"Que el Anteproyecto de Ley de Servicios de Comunicación Audiovisual propone segmentar el espectro radioléctrico en tercios, 33% para el sector público, 33% para el privado, 33% para las organizaciones sin fines de lucro, siendo que para este último aspecto desde el año 2005 con la modificación introducida por el Parlamento en virtud de la cual las organizaciones sin fines de lucro pueden acceder a las licencias pero el COMFER no lo cumple."


"Que el anteproyecto que impulsa el kichnerismo gobernante abre la puerta para el ingreso de las companías de servicios públicos en la radiodifusión, lo que generará grandes inequidades y llevará a la quiebra a los operadores de cable del interior que no podrán resistir el tamaño de la competencia. También le asegura de esta forma a las telefónicas y/o eléctricas la posición dominante en el mercado del triple play."

"Que el anteproyecto del matrimonio presidencial afecta a todos los medios de comunicación, no sólo a algunos; modifica las reglas de juego, estableciendo también inseguridad, en este caso jurídica, a través de los artículos donde se brinda facultades al COMFER para revisar las licencias cada dos años, permitiendo la elaboración de nueva normativa, verificar la existencia de vínculos societarios de los aspirantes a licencias con otras actividades de la comunicación social y también para declarar la caducidad de las licencias. Todo esto además esta diseñado a la medida de los nuevos "Rudy" Ulloa Igor para que accedan a las licencias, y de esta manera apropiarse de gran parte de los medios privados de comunicación."

"Que el radicalismo ha venido planteando sistematicamente proyectos serios para reformar dicha norma desde 1983, cuando en el Consejo por la Consolidación de la Democracia creado por el Dr Raúl Alfonsín se elaboró un proyecto consensuado."

"Que en el 2001 se obtuvo pre-dictamen de comisión luego de varias audiencias públicas en la Comisión de Comunicaciones de la Cámara de Diputados. Desde el Radicalismo durante el 2008 fue presentada una agenda ampliada para el debate de una política de medios en la argentina esta agenda incluye proyectos (que tienen estado parlamentario vigente) sobre distribución de la publicidad oficial, radiodifusión, acceso a la informacion, medios públicos y modificación del delito de calumnias e injurias, a las que el oficialismo ha hecho oido sordos."

"Que la distribución de la publicidad oficial en el gobierno de los Kirchner es absolutamente discrecional. Así, de 46 millones de pesos que disponían en este rubro en el 2003 se llegó a ampliar en el 2008 a la escalofriante suma de 435 millones de pesos para manejar a gusto y antojo con los "amigos" del poder, resultando de dicha asignación arbitraria que esté siendo investigado por la Justicia el Secretario de Medios".

"Que es indudable que una reforma de ley de radiodifusión debe ser parte de la discusión seria de una política de medios en la Argentina, con un debate integral, asignándole igual importancia a la regulación de la publicidad oficial y a una ley de acceso a la información. Para eso desde el radicalismo reclamamos la organización de audiencias públicas en el seno de las comisiones de libertad de expresión y comunicaciones de la Cámara de Diputados de la Nación y no foros partidarios convocados desde la Casa Rosada devenida en Unidad Básica. Esas audiencias públicas deberán cumplir con los requisitos previstos en el reglamento de la Cámara, dejar de lado miradas sesgadas e incluír todas las voces."

http://www.youtube.com/watch?v=grdTe5IZqkY

Publicado en diario La Capital de Rosario: http://www.lacapital.com.ar/ed_impresa/2009/4/edicion_182/contenidos/noticia_5253.html

domingo, 12 de abril de 2009

Contra la violencia discursiva del Dr. Fernandez


"Es de lamentar la violencia discursiva desarrollada por el Ministro de Justicia Dr. Anibal Fernandez contra adversarios políticos, máxime cuando el pueblo argentino elabora el duelo por el deceso del Dr. Raúl Alfonsín, abanderado del diálogo y el consenso en Argentina"

"Nos interrogamos acerca de qué puede movilizar interiormente al Dr. Fernandez para utilizar caracterizaciones mesiánicas contra quienes piensan diferente, y también acerca de si esta sobreactuación que practica la hace con honestidad intelectual, esto teniendo en cuenta que el mismo fue funcional a las estrategias políticas de Menem, de Duhalde y de Kichner"

"Es preocupante que el Señor Ministro de Justicia lejos de cumplir con su rol, haya devenido en un émulo contemporaneo de Torquemada en su cruzada contra los nuevos inquilinos de lucifer que traicionaron el dogma kichnerista, por lo que lo exhortamos a estar a la altura del cargo que ostenta". Carlos Vila, Secretario del Comité Departamental Rosario de la Unión Cívica Radical.

http://www.youtube.com/watch?v=1vzskO_mYXs

domingo, 5 de abril de 2009

Los valores de Alfonsín


Nunca fui partidario de escribir en primera persona aunque entiendo debo hacerlo para describir fielmente las sensaciones y percepciones que se generan con la partida del político radical Raúl Alfonsín.

De padre peronista abrace definitivamente la actividad política y el ideario radical como muchos jóvenes en la primavera democrática de 1983 cautivado por el mensaje racional que con tonos campechano e intimista matizaba este carismático abogado radical.

Así, con una práctica militante ininterrumpida de más de un cuarto de siglo fui incorporando muchas enseñanzas de las luchas de este gran demócrata por acceder a los valores de libertad e igualdad, apreciando su compromiso, su honestidad intelectual y fundamentalmente su calidez humana

Entonces, muchas veces lo escuche decir aquello de “no seguir a hombres sino a ideas” o “el buen político es el que se caracteriza por hacer docencia política” o predicar permanentemente a quien lo quisiera escuchar inculcando valores como libertad, igualdad, justicia, equidad, ética de la solidaridad, participación, paz, diálogo, compromiso, convicción, dignidad, tolerancia, respeto, desarrollo, entre otros.

Entre las distintas caracterizaciones que Raúl Alfonsín recibió por estos días hubo una que fuertemente me conmovió, la de Maestro de Ciudadanos, creo que fue la que con mayor precisión lo define, por eso y en virtud de ello puedo decir que tuve el honor y el orgullo de haber militado por las ideas, por los sueños, por las utopías que impulsaba este gallego de fuertes convicciones.

Ya finalizando creo que el mejor tributo que podemos hacerle a Raúl Alfonsín es como ciudadanos ejerciendo plenamente esa condición y como radicales trabajando por la construcción de un vigoroso partido político para poder continuar su lucha por un país mejor, en libertad, sin corrupción y con igualdad de oportunidades para todos los argentinos. Carlos Vila, Secretario Comité Departamental Rosario de la Unión Cívica Radical

Publicado: http://www.lacapital.com.ar/ed_impresa/2009/4/edicion_166/contenidos/noticia_5370.html

sábado, 4 de abril de 2009

Alfonsín y la invención de la democracia argentina


por Rogelio Alaniz

Los restos de Raúl Alfonsín descansan al lado de los grandes patriarcas del radicalismo. Las emociones del duelo ahora deben dar lugar a la reflexión despojada de legítimos arrebatos sentimentales. Una multitud lo acompañó hasta la tumba. Ese honor, ese privilegio lo han tenido pocos, muy pocos en la Argentina y mirando hacia el futuro me atrevería a decir que por bastante tiempo no habrá otro que lo iguale.

Cuando un pueblo se sensibiliza hasta estos límites por la muerte de un político el caso merece ser estudiado. En primer lugar, las contradicciones y las paradojas. En 1994, fue a almorzar al El Litoral invitado por los directivos del diario. Tuve el privilegio de participar de esa reunión. Dijo muchas cosas interesantes e inteligentes. Él era un hombre interesante e inteligente, un político que no decía banalidades.

Me llamó la atención su sentido del humor. Como los hombres grandes, era capaz de burlarse de sí mismo. En cierto momento de la charla, admitió que en la calle la gente lo saludara, le manifestara cariño y respeto, “pero no me votan ni por joda”. Lo dijo con una sonrisa, pero lo dijo con la certeza de que estaba diciendo la verdad. La gente lo quería, lo respetaba, pero no lo votaba. ¿Por qué esa contradicción, por qué ese contraste?

Lo primero que se dice en estos casos es que la sociedad le reconocía ser el gran presidente de la recuperada democracia argentina, pero hasta allí llegaba el afecto. Puede ser que así haya sido. Efectivamente fue así. Al momento de morir, Alfonsín seguía siendo querido pero no votado. En esa contradicción hay cierta grandeza. Alfonsín estaba más allá, o más acá, del voto. Había ingresado a la galería de los próceres. Lo más importante lo había hecho; lo demás era casi una anécdota.

Las almas bellas decían que ya había ganado los laureles de la historia y que lo más sabio sería retirarse como lo hicieron De Gaulle, Willy Brandt o Churchill. Es posible que el consejo haya sido bien intencionado y sabio, pero tenía una sola limitación: no servía para Alfonsín, no se hacía cargo de la realidad vital de este político de raza. Alfonsín jamás pensó en serio retirarse de la política, no porque fuera vanidoso, sino por la sencilla y absoluta razón de que no podía hacerlo, porque no era capaz de hacerlo, porque algo más fuerte que los propios dictados de la razón o el sentido común, lo empujaba a la militancia, a la lucha. Tal vez ése haya sido su límite, pero era también su virtud, su encanto, su destino.

Los grandes hombres y Alfonsín sin duda que lo era- son aquellos que consagran su vida a una causa y se consumen en ella sin pedir ni dar cuartel. Alfonsín podría haberse retirado con todos lo honores, podía haber optado por la pacifica labor del conferenciante que recorre el país y el mundo reflexionando sobre su paso por el poder. No es un destino injusto o indigno. Pero no era el suyo.

¿Anacrónico? Tal vez. Y ése era también su encanto. Era formal como suelen ser los viejos radicales. Tenía el señorío de los caballeros y la calidez del criollo viejo. También su picardía y su generosidad. Era amigo de los amigos. Siempre dispuesto a la gauchada. Como los viejos políticos radicales, nunca dejaba de darse una vuelta por el comité. Un café con los amigos, un asado con los correligionarios eran actos de felicidad cotidiana.

Le gustaba estar en todas. En lo importante y en los detalles.

Sabía que le tocaba vivir tiempos de derrota. Lo sabía, pero no daba un paso atrás porque como buen radical estaba acostumbrado a ganar y a perder, y en más de un caso, a perder.

A los hombres hay que evaluarlos en sus contrastes, con sus claros y sus oscuros, pero nunca perdiendo de vista la luz fundamental que orienta sus pasos. La luz de Alfonsín fue la política, la política republicana y democrática, por supuesto.

Fue el dirigente que con más convicción defendió el principio de que en política todo puede estar permitido menos matar en nombre de la política. Para una Argentina alucinada por el crimen cometido en nombre de las más diversas causas redentoras, lo suyo fue un acto liberador y una apuesta lúcida y humanista.

Se dice con cierta ligereza que Alfonsín aseguró la democracia de los argentinos y punto. No fue tan así. Y si lo hubiera sido, el tema es mucho más complejo que una simple formalidad institucional.

Hay que decirlo de una buena vez: Alfonsín fundó una nueva república. Esa tarea no fue sencilla. Para realizarla hacía falta decisión, inteligencia. Un gran hombre es aquel que ve más lejos que todos los de su tiempo. Alfonsín vio más lejos, mucho más lejos que sus contemporáneos. Por eso fue grande. Por eso se lo respeta, se lo llora y se lo honra.

No era fácil reinventar la democracia. Para mediados de 1984, un gran porcentaje de los argentinos estaba convencido de que más temprano que tarde los militares regresarían para dar el consabido golpe de Estado. Muy pocos pensaban entonces que la democracia venía a quedarse en serio. Muy pocos lo pensaban porque todas las señales en el aire parecían anunciar lo contrario.

Años después, sus opositores le reprochaban haberse retirado del poder nueve meses antes. Imputación equivocada y en más de un caso promovida desde la mala fe. El gran interrogante de la gestión de Alfonsín, el verdadero interrogante diría que no fue el de haberse ido antes sino el de haberse mantenido más de cinco años en el poder con los grandes grupos de poder en contra.

En 1983, había que luchar contra los golpistas descarados, pero también contra quienes de manera inocente, reproducían los hábitos de la cultura golpista. Gobernó a pesar de los catorce paros generales, con el sabotaje de las fuerzas armadas, la conspiración de sectores clericales, las rechiflas de los grandes bonetes de la Sociedad Rural y en un país acostumbrado a que por cosas mucho menores los gobiernos saltaran por los aires. Y a pesar de todo logró que los principios fundamentales del Estado de Derecho se mantuvieran.

Ésa fue su hazaña. Para que ello fuera posible, su liderazgo fue indispensable. Repito: no se trataba de recuperar la República, de repetir antiguas experiencias, se trataba de fundar una nueva República, sobre nuevos fundamentos culturales y políticos. Por supuesto que quedaron asignaturas pendientes; por supuesto que se cometieron errores, pero lo fundamental se hizo. Y lo que falta hacer: desarrollo, consenso, calidad institucional, inserción en el mundo, también son tareas que hay que leerlas en clave alfonsinista.

No fue un político más. Fue un creador, un fundador de condiciones históricas. Por eso fue grande. Por eso, las multitudes lo lloran y salieron a la calle para llevarlo en brazos hasta su definitiva morada. Por eso, la gente en la calle estaba dolorida por su muerte, pero no triste, porque de una manera difusa presentía que esa despedida era también un reencuentro, que esa caminata hacia la Recoleta era también una búsqueda.

Dicen que murió en paz. Sereno y digno como lo fue en vida. A la hora final, es probable que como Henry James haya dicho: “ Con que al fin llega, esa cosa distinguida, la muerte”.

No fue un político más. Fue un creador, un fundador de condiciones históricas. Por eso, las multitudes lo lloran y salieron a la calle para llevarlo en brazos hasta su definitiva morada.

El verdadero interrogante diría que no fue el de haberse ido antes sino el de haberse mantenido más de cinco años en el poder con los grandes grupos de poder en contra.

Fuente: http://www.ellitoral.com/index.php/diarios/2009/04/04/opinion/OPIN-03.html