miércoles, 3 de agosto de 2011

Arturo Illia


Invadido por la sorpresa leo, releo y vuelvo a releer la nota publicada en el matutino Rosario/12 y definitivamente concluyo en que se trata del juego de jugar imaginariamente con los ausentes en cuanto a que harían si vivieran.

Este juego me remite a recordar a un correligionario que en los plenarios partidarios ante cada situación anómala como muletilla vociferaba “qué diría Alem, qué diría Yrigoyen” y a recordar también mí reflexión de que simplemente no dirían nada por el hecho de ya no estar.

Motiva la redacción de estas líneas la utilización en este juego, en este caso político, de quien considero el ciudadano más respetado por los argentinos, hablo de Arturo Illia, entendiendo además que cualquier radical por más ignoto que sea no permitiría que se juegue con el nombre de una de las figuras más importantes del radicalismo.

Sorprende entonces su hijo Leandro con este juego para justificar su actual posicionamiento político, cuando sostiene que Don Arturo Illia preferiría estar “en la cantera del Frente Amplio Progresista” y por ende enfrentado a su Unión Cívica Radical donde orgullosamente tanto aportó, y a tal punto fue así que llegó a acuñar la frase “es difícil ser radical pero vale la pena serlo”.

Sinceramente no se que preferiría hoy Arturo Illia, de lo único que si estoy seguro es que honrando una conducta intachable, sin dobleces, retacearía su apoyo a quien dilapida fortuna en publicitar actos de gobierno, de que no abrevaría en la práctica del transfuguismo y absolutamente persuadido de que le pondría el hombro a su querido partido como lo hizo a lo largo de toda su vida.