Ya no tiene la misma mirada, su gestualidad ha virado hacia lo adusto.
Cualquier observador puede apreciar en las distintas incursiones que él realiza, que ya no enamora, que solo es recipiendario de miradas de soslayo tras la adopción de medidas antipopulares y ante la ausencia de acciones que prevengan las contingencias de los fenómenos climatológicos.
Su actual mirada traduce la conjugación de nerviosismo, malestar y desesperación ante el ninguneo social.
Tras los depredadores aumentos y el temporal así se lo ve al Intendente Municipal Miguel Lifschitz quien solamente rodeado del séquito de funcionarios y conmilitones, sistemáticamente justifica y deslinda responsabilidades con argumentos que faltan el respeto a la inteligencia de los rosarinos.
Así, el Intendente Lifschitz va cerrando un ciclo producto de la erosión de su credibilidad al incursionar en la arena de la inoperancia consecuencia de la mala administración de las finanzas municipales donde solo tienen prioridad los gastos en publicidad.
Ante un modelo de gestión que se agota hace falta una sana alternancia que permita a los rosarinos poder volver a creer, a crecer y a soñar en una ciudad mejor, por ello debemos trabajar para concretar ese objetivo.
Ya lo hicimos una vez, hacerlo nuevamente como siempre depende de todos.
Carlos Vila
Secretario
Comité Departamental Rosario
Unión Cívica Radical
http://www.youtube.com/watch?v=euIo16zobvY&feature=related
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