domingo, 10 de diciembre de 2017

Hasta siempre Juan!



Infinidad de idas y venidas por la autopista Rosario - Santa Fe, matizados por diálogos de variadas temáticas, constituyen un objeto de valoración diferente al del cristal de la política.

Así, durante casi una década de compartir la lucha sindical pude apreciar una calidad humana distinta a las que suelen proyectar los medios de comunicación sobre los dirigentes sindicales.

Tras escoger un disco entre toda la discografía almacenada en aquél viejo Peugeot noventoso, comienza a sonar Sabina y también comienza el abordaje de temas de conversación que van desde la familia a la problemática tribunalicia, de la rivalidad en el pueblo de Avellaneda, de la política y de la cultura, y un tema de rigor siempre presente, los recuerdos, las postales de infancia y de juventud de su terruño natal, aspectos estos que permitían apreciar integralmente al hombre de Las Parejas.

Esa secuencia antes descripta, viaje tras viaje, reunión tras reunión, sobremesa tras sobremesa, horadaba a paso sostenido la soberbia que los señaladores crónicos le imputaban, al punto de tornarla casi inexistente.

Los diferendos de la lógica de la política, la distancia del ya no compartir el espacio de participación, y fundamentalmente el paso del tiempo, no modificaron un ápice para quien escribe aquélla valoración sobre esa calidad humana a la que me vengo refiriendo.

En tiempos de militancia activa, sobre todo partidaria, muchas veces sostuve ¨siento que me respetan más en otros espacios políticos que en mí propio partido¨, y una de las personas que así me hacía sentir, era el hombre para quien hoy escribo estas lineas.

Tono, El Tono, Juan, Juan Antonio, o simplemente Nucci era las distintas formas de tratamiento que le dispensaban, en mí caso, en el mano a mano siempre opté por decirle Juan, se lo había escuchado pronunciar a otro correligionario que también había incursionado en las lides sindicales, hablo del telefónico Luis Romani. En ese Juan se conjugaba respeto y afecto, con lo cual a modo de reciprocidad dispensaba ese tratamiento a quien respetaba profundamente a quienes transitaban el camino de la militancia política.

Concluyendo mí ciclo de militancia sindical, tuve la posibilidad de tener una charla franca con él, café mediante expresé mí disenso político, rara oportunidad la que he tenido puesto que en el mundo de la política no son afectos a escuchar disensos y en ese caso te envían al gaucho de turno para que te explayes. También en esa misma charla tuve la posibilidad de exteriorizar mi agradecimiento y mí gratitud por las posibilidades de desarrollo y de crecimiento que me había brindado la experiencia sindical.

Estas son algunas líneas que escribo a modo de semblanza y de reconocimiento ante la partida de un hombre que dió gran parte de su vida a la política, a la política sindical, descansa en paz compañero. Hasta siempre Juan!



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