“Espectro”, el paraíso
- Edward: Hay momentos en los
que un hombre
razonable debe tragarse su orgullo y reconocer que ha metido la pata. Pero lo cierto
es que yo nunca he sido un hombre razonable. Y lo que
recuerdo del catecismo es que cuanto más difícil es algo,
mayor es la recompensa.
- Beamen: ¡Amigo! ¡Bienvenido! ¿Cómo se llama?
Edward Edward Bloom
- Beamen: ¿Bloom con '' B'' de bombilla?
- Edward: Sí.
- Beamen: ¡Aquí está!
¡Edward Bloom! No le esperábamos tan pronto.
- Edward: ¿Me esperaban?
- Beamen: Tan pronto no.
- Mildred: Habrá cogido un atajo.
- Edward: Sí, casi muero en el intento. Cosas de la vida. La verdad es que el camino largo es más
sencillo pero más largo. Mucho más largo.
- Beamen: Pero ya está aquí, que es lo que importa.
- Edward: ¿Dónde estoy?
- Edward: ¿El poeta? ¿Qué es de él?
- Edward: He quedado. Llego tarde.
- Beamen: Ya se lo he dicho. Ha llegado pronto.
- Beamen: ¿No es el mejor pastel que ha probado?
- Edward: Desde luego.
- Norther: Aquí todo sabe mejor. Hasta el agua es dulce. No tenemos ni mucho calor, ni mucho frío, ni mucha humedad. Y por la noche, cuando el viento sopla entre los árboles es como si sonara una sinfonía sólo para ti.
- Edward: ¿Dónde estoy?
- Beamen: En Espectro. ¡El secreto mejor guardado de Alabama! Aquí dice que es de Ashton, ¿no? El último que vino de Ashton fue Norther Winslow.
- Edward: ¿El poeta? ¿Qué es de él?
- Beamen: Aquí sigue. Le invito a una copa, y le cuento. ¿Qué digo?
¡Que se lo cuente él mismo!
- Edward: He quedado. Llego tarde.
- Beamen: Ya se lo he dicho. Ha llegado pronto.
- Beamen: ¿No es el mejor pastel que ha probado?
- Edward: Desde luego.
- Norther: Aquí todo sabe mejor. Hasta el agua es dulce. No tenemos ni mucho calor, ni mucho frío, ni mucha humedad. Y por la noche, cuando el viento sopla entre los árboles es como si sonara una sinfonía sólo para ti.
- Edward: ¡Me hacen falta! Nuestra tierra es blanda, al pisarla. Casi rima. Es nuestro célebre poeta. Venga. Accedí a quedarme un rato,aunque sólo fuera para
comprender cómo un sitio podía resultar tan extraño y
familiar al mismo tiempo.
- Norther: Llevo 12 años con este poema.
- Edward: ¿En serio?
- Norther: Se espera mucho de mí. No quiero defraudar a mis admiradores.
- Edward: ¿Puedo? (Ve que en la libreta está escrito: “la hierba es tan verde, el cielo tan azúl. Espectro es genial¨)
- Edward: Sólo son tres versos.
- Norther: ¡Nunca hay que enseñar una obra inacabada!
(Más tarde, Edward se interna en el río. Ve en el río a una mujer desnuda,
iluminada por la luna. Una víbora va nadando en dirección a la mujer. Edward
se pone a nadar frenéticamente hacia ella. Logra coger la serpiente)
- Edward: ¡Ya la tengo!
(La mujer se zambulle en el agua y desaparece. Edward se da cuenta que la
serpiente es en realidad un tronco. Jenny llama a Edward)
- Jenny: Hay sanguijuelas ahí dentro.
- Edward: ¿Has visto a esa mujer?
- Jenny: ¿Qué aspecto tenía? Edward Bueno, estaba...
- Jenny: ¿Estaba desnuda? Edward Sí.
- Edward: ¡Vaya!
- Jenny: ¿Cuántos años tienes?
- Edward: 18.
- Edward: Se te dan bien los números.
- Edward: Ahora sí se nota un poco, ¿no?
- Mildred: Todas lo creemos.
- Edward: ¿Qué?
- Edward: Que eres un buen partido.
- Edward: Tengo que irme. Esta noche.
- Beamen: ¿Por qué?
- Beamen: ¡Nadie se ha ido jamás!
- Jenny: ¿Cómo vas a irte sin zapatos?
- Edward: Supongo que va a ser duro. Muy duro. Bueno, lo siento. Adiós.
- Beamen: ¡No encontrarás un sitio mejor!
- Edward: Cuento con ello.
- Jenny: Prométeme que volverás.
- Edward: Te lo prometo. Algún día. Cuando deba hacerlo.
- Jenny: ¿Qué aspecto tenía? Edward Bueno, estaba...
- Jenny: ¿Estaba desnuda? Edward Sí.
- Jenny: No es una mujer. Es un pez. Nadie ha podido pescarlo. A
cada uno le parece una cosa. Según mi padre, se parece
al perro que tenía de pequeño, resucitado de entre los
muertos.
- Edward: ¡Vaya!
- Jenny: ¿Cuántos años tienes?
- Edward: 18.
- Jenny: Yo, 8. Cuando yo tenga 18, tú tendrás 28. Y, cuando yo tenga 28, tú sólo tendrás 38.
- Edward: Se te dan bien los números.
- Jenny: Y, cuando yo tenga 38, tú tendrás 48. No hay mucha
diferencia.
- Edward: Ahora sí se nota un poco, ¿no?
(Baile en el pueblo, iluminado por los faroles. Sacan a Edward a bailar. Norther,
rodeado de chicas, recita)
- Norther: “Las rosas son rojas. Las violetas, azules. Me encanta
Espectro”. Perdonad.
- Mildred: Todas lo creemos.
- Edward: ¿Qué?
- Edward: Que eres un buen partido.
- Edward: Tengo que irme. Esta noche.
- Beamen: ¿Por qué?
- Edward: Nadie podría pedir un pueblo mejor que éste. Y, si al final
me quedara aquí, sería afortunado. Pero aún no estoy
preparado para quedarme en ninguna parte.
- Beamen: ¡Nadie se ha ido jamás!
- Jenny: ¿Cómo vas a irte sin zapatos?
- Edward: Supongo que va a ser duro. Muy duro. Bueno, lo siento. Adiós.
- Beamen: ¡No encontrarás un sitio mejor!
- Edward: Cuento con ello.
- Jenny: Prométeme que volverás.
- Edward: Te lo prometo. Algún día. Cuando deba hacerlo.