martes, 17 de febrero de 2015

Cristales de bohemia (*)




Vine a Praga a romper esta 
canción 
por motivos que no voy a explicarte, 
a orillas del Moldava 
las olas me empujaban 
a dejarte por darte la razón. 

En el Puente de Carlos aprendí 
a rimar cicatriz con epidemia, 
perdiendo los modales: 
si hay que pisar cristales, 
que sean de bohemia, corazón. 

Ay! Praga, Praga… Praga 
donde el amor naufraga 
en un acordeón. 
Ay! Praga, darling, Praga 
los condenados pagan 
cara su rendeción. 

Ay, Praga, Praga, Praga, 
dos dedos en la llaga 
y un santo en el desván. 
Ay! Praga, darling, Praga, 
la luna es una daga 
manchada de alquitrán. 

Vine a Praga a fundar una ciudad 
una noche a las diez de la mañana, 
subiendo a Mala Strana, 
quemando tu bandera 
en la frontera de la soledad. 

Otra vez a volvernos del revés, 
a olvidarte otra vez en cada esquina, 
bailando entre las ruinas 
por desamor al arte 
de regarte las plantas de los pies. 

Ay! Praga, Praga… Praga 
donde el amor naufraga 
en un acordeón. 
Ay! Praga, darling, Praga 
los condenados pagan 
cara su salvación. 

Ay! Praga, Praga… Praga 
donde la nieve apaga 
las ascuas del tablao. 
Ay! Praga, darling, Praga 
lágrima que se enjuaga 
en Plaza Wenceslao. 

Ay, Praga, Praga, Praga, 
dos dedos en la llaga 
y un santo en el desván. 
Ay! Praga, darling, Praga, 
la luna es una daga 
manchada de alquitrán.

(*) de Joaquín Sabina

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