(*) Forugh Farrokhzad
En mi noche, tan breve, ay!
El viento está a punto de encontrar las hojas. Mi noche tan
breve está llena de devastadora angustia
Escucha! Oyes los susurros de las sombras? Esta infelicidad que siento ajena a mi.
Estoy acostumbrada a la desesperación. Escucha! ¿Oyes los susurros de las sombras? Allí, en la noche, algo está ocurriendo.
La luna está roja e inquieta.
Y, agarrada a este tejado, podría derrumbarse en cualquier momento. Las nubes. como una multitud de mujeres de luto, esperan el nacimiento de la lluvia.
Un segundo, y luego nada.
A través de esta ventana, la noche tiembla y la tierra deja de girar.
A través de esta ventana, un extraño se preocupa por mi y
por ti.
Tú, en nuestro césped, pon tus manos -aquellos abrasadores recuerdos- en mis tiernas manos y pon tus labios, llenos de calor vital en contacto con mis tiernos labios.
El viento nos llevará!
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