jueves, 13 de septiembre de 2007

Opinión de Agustín Pichot

LOS PUMAS

Este tramo inicial del Mundial se puede dividir, para nosotros, en dos etapas.
Los primeros cinco días, que fueron de un nivel psicofísico muy demandante, y después, un parate muy grande hasta el próximo partido.Es muy difícil encontrar un ritmo uniforme de trabajo a lo largo del Mundial. Pero es mucho mejor tener el tiempo que no tenerlo.

El lunes empezaremos a pensar en Namibia. Vamos a hacer entrenamientos, pero serán más de destrezas individuales, detalles. Recién cinco días antes del partido haremos una preparación específica con el foco en Namibia.

Ahora tenemos mucho tiempo libre. Y si bien algunos no tenemos la suerte de poder conectar las computadoras, porque en gran parte del día hay problemas para entrar a Internet, aprovechamos para curarnos, para jugar a "La Podrida".

El ping-pong se puso muy de moda entre nosotros en Lyon, ya programamos un asado, algunos leen, hacemos cosas que cambian un montón la monotonía que te da un Mundial tan largo.

No hay que olvidarse que Los Pumas estamos juntos desde el primero de julio.A veces, esa monotonía es difícil de quebrar, porque te acostumbrás a estar en tu cuarto del hotel, te acostumbrás a convivir con un ritmo que, cuando pasa tanto tiempo, te empieza a cansar y a aburrir. Pero este es un equipo con fuerza y alegría.

Pero lo bueno que tiene este grupo es que siempre se levanta. Por ejemplo, para contrarrestar el cansancio que nos generaron estos dos primeros partidos, con Francia y con Georgia, uno de los antídotos fue que enseguida surgía la música en el ómnibus.En este momento está sonando mucho un tema de "Chili" que puso el Ninja Todeschini y que se llama "Dulce Niña".

El equipo anda con mucha música y en este terreno estamos con una mezcla de cumbia y latino.Hay un top-3 de disc-jockeys que manejan el tema: el Ninja, en primer lugar y Nacho Fernández Lobbe, segundo. Ellos son los mejores. Y los peores son el Cuta Schusterman, un desastre, y Manuel Contepomi, que también es muy flojo. Y cuando realmente nadie quiere escuchar música aparece en escena Martín Durand, que pone música dance, que escucha él solo y baila él solo arriba del ómnibus, lo cual hace que se haga divertido el día.

Estas cosas, por ejemplo, levantan al grupo y son importantes. Sin dudas. Porque al haber una convivencia de tantos días y estar tanto tiempo juntos haciendo muchas cosas iguales, la rutina puede ser nociva.

Hay que pensar que nosotros nos levantamos, entrenamos, venimos a comer, volvemos a entrenar, vemos los videos... Y todo el día así desde hace un mes. Y falta todavía un tirón. Por eso ayer, que hubo tarde libre, la gente desapareció del hotel. Era algo lógico.Cuando no tenés partidos cerca, como ahora, que recién jugaremos el sábado 22 con Namibia, es decir dentro de nueve días, es bueno desenchufarse un poco, pero bien, no haciendo cualquier cosa. Porque el objetivo es pasar el tiempo y divertirnos.

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