martes, 30 de junio de 2009
Apuntes del día después
Chau prepotencia, hola diálogo. Néstor el gran loser, ya fue. Nuevos liderazgos emergen: Lole y Macri en el oficialismo, Cobos en la oposición. Radicalismo cordobés y mendocino: toda una referencia en el tablero nacional de la UCR. Binner y Carrió en el andén tras el resultado electoral. Los terceros lugares en capital y provincia, las derrotas en Chaco y Jujuy agotaron el ciclo de Gerardo Morales. Son tiempos de renovación y cambio entonces. Pino: a tomar nota, se puede desarrollar una buena perfomance electoral hablando de proyecto nacional. Un verdadero fiasco la candidatura de Prat Gay al igual que su mentora.
En Santa Fe: en el espacio peronista el triunfo obtenido por Reutemann en 16 de 19 departamentos da cuenta de su claro posicionamiento en el conflicto del campo y de lo acertado de la instalación de su candidatura presidencial; en cuanto a Agustín Rossi un interrogante se impone: es serio sostener que hizo una buena elección tras haber cosechado el apoyo de 1 de cada 10 santafesinos?.
En el espacio no peronista: al plebiscitar su gestión Binner es el rostro visible de la derrota. También quedó demostrado que con spots publicitarios no alcanza para gobernar, los cambios no se visualizan y el doble discurso es evidente, para muestra basta un botón: Giustiniani sostiene que el socialismo está en contra de las políticas clientelares mientras desde el Ministerio de Desarrollo Social en la ciudad de Rosario se utilizan subsidios para financiar punteros, se compran voluntades con mercaderías, tarjetas sociales y becas para sumar indignamente adeptos con el agravante de inmiscuirse en la vida interna de otros partidos políticos. Lifschitz pareció el jefe de campaña del Chivo Rossi, en la explicación de la derrota dió la misma argumentación que Kichner. Como miscelánea: un mal perdedor Binner en lugar de reconocer la derrota sostiene que la gente que no lo votó padece síndrome de Estocolmo para luego retractarse.
Finalmente sobre las encuestadoras: son injustas las generalizaciones, así que con las excepciones del caso corresponde hacer propio lo sostenido por Ricardito Alfonsín en cuanto a que en estos comicios se prostituyeron consultoras.
sábado, 27 de junio de 2009
Arturo Illia
En una madrugada de un 28 de junio tras irrumpir en la casa rosada un general insurrecto jamás pensó escuchar que el mismisimo Presidente de la Nación Dr. Arturo Umberto Illia le dijera "Ud es un general insurrecto que engaña a sus soldados" o "Ud. solo representa a un cobarde, valido de la fuerza de los cañones y de los soldados de la Constitución, actúa como salteador o bandido para tomar la casa de gobierno".
Con esa dignidad y con ese coraje el Dr. Illia se plantó en aquélla jornada oscura que cerró un ciclo de gobierno hoy reivindicado por todo el arco político nacional.
El estilo de gobierno puede ser caracterizado basicamente por honrar el compromiso político explayado en la plataforma de gobierno, a través de la cual se desarrolló una idea de Argentina inscripta en las más nobles tradiciones nacionales: la reparación fundamental abrevada en Hipólito Yrigoyen, en la profesión de fe doctrinaria y en las bases de acción política de su partido redactada allá por 1949
Así, en su gobierno entre otros aspectos se instauró la ley del salario mínimo, vital y movil, se hizo un aporte a la recuperación de la soberanía nacional al anular los contratos petroleros, la política educativa se constituyó en una prioridad dando cuenta de ello las distintas leyes de presupuesto, se estableció una política de precios y control de medicamentos a través de la denominada ley Oñativia contra las presión de la corporación de laboratorios de medicamentos internacionales, se respetaron los derechos de nuestro país como nunca en materia de política internacional, y hubo una plena vigencia de las libertades.-
Hoy decimos del Presidente Illia que prometió y cumplió con creces, con consecuencia, con coraje y con coherencia, sin seguir encuestas, prestigiando la política con mayúsculas, por eso a 43 años de su derrocamiento, vaya este reconocimiento para Don Arturo.
Una vida anunciada
Por Andrés Calamaro
No habrá sido fácil ser Michael; pero el viernes un hombre se convirtió en leyenda y en historia, en ícono del siglo veinte, del brillo de Marilyn Monroe o Lady Di, un soulman infantil convertido en arquitecto del pop universal que bailaba con su propia sombra.
Terminó también una década infame para Mike; todos fuimos testigos amorales de la accidentada vida social (y judicial) de Michael Jackson, que dejó este mundo con cincuenta años y dejó detrás el misterio, algunos discos revolucionarios y la gran incógnita que fue él mismo: qué anidaba en su alma (?), era un ángel o un demonio este MJ que parecía querer detener el tiempo para convertirse siempre en sí mismo (?).
Sin duda, fue un día triste para el mundo. El legado de Michael Jackson supera el análisis musical; íntimamente creo que fue un gran músico multidisciplinario; siempre me lo imaginé consistente en el estudio y creo que estaba grabando un disco nuevo, desde 2001, con colaboradores como will.i.am... la foto más reciente que vi de MJ me gustó y me emocionó un poco: él con su hijo adolescente (ya de 13 años), entrando al estudio de grabaciones.
Va a ser difícil no recordarlo por TODO. Más allá del juicio moral, más o menos hipócrita, todos podemos sentir legítima tristeza por el sorpresivo final del menor de los Jackson; habíamos leído rumores sobre su delicado estado de salud y, por lo visto, alguno era cierto...
Off the Wall y Thriller son la “vereda del sol” en la vida musical de Jacko. Sus episodios legales y sus costumbres excéntricas fueron un espectáculo sombrío del que todos fuimos espectadores impiadosos, porque a veces quedarse viendo cómo se derrumba un gigante nos parece una buena forma de pasar el tiempo.
Para mí, estamos despidiendo a un mito de la categoría de James Dean o John Lennon. Es posible que no haya dejado el legado musical que merecía; quizá por el hecho de ser un talento infantil no llegó a los niveles de Stevie Wonder, Miles Davis o Muddy Waters, pero no cabe duda de que la música y el baile (que pertenecen a los pueblos del mundo) están (¡estamos!) de luto por MJ... Bad!
PD: Miss you, Michael.
Fuente: http://www.criticadigital.com/index.php?secc=nota&nid=25499
martes, 23 de junio de 2009
Algunas falacias políticas para desenmascarar
Por: Elva Roulet
Fuente: EX VICEGOBERNADORA DE LA PROVINCIA DE BUENOS AIRES
Existen ciertas ideas erradas sobre el radicalismo y el peronismo que se pueden corregir si se revisa con honestidad y rigor la historia argentina.
En la política argentina se han instalado algunas falacias que es necesario desenmascarar.
1. El radicalismo es el partido de la democracia y el peronismo el de la justicia social. Sobre la primera parte de este aserto no hay ninguna duda. En cambio, el concepto de justicia social es una concepción decimonónica vinculada con los reclamos de los trabajadores frente a los avances del capitalismo, conflicto que pone en evidencia la cuestión social.
Fue mencionado por primera vez en 1843 y usado en 1889 por los socialistas fabianos ingleses, adoptado por los laboristas y el partido socialista de Francia, formando parte de la Constitución de la OIT desde 1919 e incorporada en 1931 a la doctrina social de la Iglesia Católica. Leandro Alem, fundador de la Unión Cívica Radical, la presentó como el programa de la República para la defensa de los desposeídos, constituyendo así un humanismo a la vez personal y social, para el cual la verdad política no es distinta de la verdad moral.
Rescatada en la Convención Nacional de 1933, la noción había sido adoptada por el socialismo de Alfredo Palacios. El presidente Hipólito Yrigoyen envía al Congreso en 1921 el Código de Trabajo que constituye el primer proyecto integral de legislación obrera de la Argentina en el que se desarrollan los derechos del trabajador como hombre y productor.
La apropiación a partir de 1945 del peronismo sobre este concepto lo traslada en 1947 a la denominación del mismo, asociando la justicia social con el peronismo como depositario exclusivo de sus principios.
Es una falacia cuya demostración es clara con sólo considerar los tantos años de gobiernos peronistas transcurridos en los que las desigualdades, la pobreza, las carencias de educación, la marginalidad y las injusticias se han profundizado, sacrificando tres generaciones de argentinos.
La justicia social fue desde finales del siglo XIX patrimonio de todas las manifestaciones políticas progresistas, una noción asociada con dignidad humana, paz y democracia, tanto fuera como dentro de nuestro país.
2. Sólo los peronistas saben gobernar. Esta es otra falsedad. Los peronistas parecen no concebirse fuera del gobierno. Saben, en cambio, impedir que otros gobiernen.
Es la oposición sistemática en el Congreso o las Legislaturas, son los paros generales del aparato sindical que forma parte orgánica de su estructura, una originalidad desconocida en otras latitudes. Es la falta de diálogo en búsqueda de los consensos necesarios para resolver los graves problemas del país. Es la intemperancia como comportamiento más frecuente en las relaciones políticas. Es la búsqueda de la derrota del otro.
Y cuando están en el gobierno es autoritarismo, soberbia y deseo de perpetrarse, que en su intento de afianzarse en el poder arrasan con la república y las instituciones. Así ha quedado pendiente la deuda de la justicia social que es el requisito insustituible de una democracia verdadera.
Fuente: http://www.clarin.com/diario/2009/06/22/opinion/o-01943730.htm
domingo, 21 de junio de 2009
"Con los blogs se está escribiendo más, pero peor"
ENTREVISTA JOSE SARAMAGO
El Nobel habla de su nuevo libro, con textos de su blog. Además, tres fragmentos.
"Los periodistas... son horrorosos", (me) dice José Saramago, con ninguna sonrisa en la cara. Desde su sillón lo dice, en su casa de Madrid. Mirando la camarita de la computadora que su mujer, Pilar del Río, acaba de enfocar hacia él. De modo que así, Buenos Aires-Madrid, nos miramos y cerramos detalles de esta entrevista que, básicamente, él ha respondido por correo electrónico.
No hay que sorprenderse de que este hombre de 86 años bien cumplidos se lleve bien con la tecnología. En septiembre de 2008, el Premio Nobel de Literatura empezó a escribir un blog. Lo llamó "El cuaderno de Saramago". En él -http://cuaderno.josesaramago.org/- habla de política, claro, pero también de sus sentimientos, de lo que lee, de sus amigos, de su salud incluso. Lo hace, casi siempre, desde la casa donde vive, en Lanzarote. Y ahora ha decidido publicar como libro -tradicional, de papel¿ todas las entradas de ese blog, desde que empezó hasta marzo. El cuaderno, se llama y es, justamente, el libro que Berlusconi no dejó que saliera por Einaudi, editorial que le pertenece. Estará en nuestras librerías desde el 26 pero se presentará el 25 a las 13.30 (hora argentina), en un acto del que se puede participar a través de: http://videos.sapo.pt/saramago
¿Qué tipo de ideas destina al blog? Ninguna en particular. Los sismógrafos no eligen los terremotos, reaccionan a los que van ocurriendo. El blog es eso, un sismógrafo. Aquellos que me han leído saben que pueden encontrarse cada día ante algo totalmente inesperado.
¿Hay una forma distinta de escribir para el blog (más rápido, sin tanta corrección...)?
No falta quien piense mucho para responder: "La practica del blog ha llevado a la escritura a muchas personas que antes poco o nada escribían". Lástima que muchas de ellas piensen que no merece la pena preocuparse con la calidad de estilo de lo que se escribe. El resultado está siendo que, a la vez que se escribe más, se está escribiendo peor. Personalmente cuido tanto del texto de un blog como de una página de novela.
Al principio del libro usted escribe "El blog va iluminándole el camino al autor". ¿Qué significa eso?
Si el blog es un espacio para la reflexión, y yo intento siempre que lo sea, no debe sorprender que ilumine a quien lo escribe. Es una consecuencia lógica
¿Hubo algo que tuviera miedo de publicar?
No. No soy mucho de miedos.
¿Aparece un Saramago más explícitamente político en el blog que en las novelas?
Una novela como "Ensayo sobre la lucidez" es más explícitamente política que todos mis blogs.
Sin embargo, el blog sigue los hechos del mundo día a día ¿Qué es lo que más le preocupa?
La crisis del mundo, la mierda en la que estamos metidos, la falta de perspectivas para salir. Y que la izquierda no ha encontrado una vía para solucionar este caos. Porque la crisis es la manifestación del caos en que, aunque sin saberlo, sin querer penar en ello, estábamos instalados desde hacia años. Ahora el castillo de naipes se ha venido abajo: a ver de qué manera construimos para seguir viviendo. No será con las recetas del FMI, a ver qué vías absolutamente democráticas encontramos. Sobre eso voy escribiendo cada día, sobre esto me interpelo.
Saramago mira a la cámara, sonríe un poco, justo para el click de la fotito. Y vuelve a lo suyo.
Fuente: http://www.clarin.com/diario/2009/06/21/sociedad/s-01943258.htm
domingo, 14 de junio de 2009
Manifiesto Liminar de la Reforma Universitaria
La Juventud Argentina de Córdoba a los Hombres Libres de Sudamérica
Hombres de una República libre, acabamos de romper la última cadena que, en pleno siglo XX, nos ataba a la antigua dominación monárquica y monástica. Hemos resuelto llamar a todas las cosas por el nombre que tienen. Córdoba se redime. Desde hoy contamos para el país una vergüenza menos y una libertad más. Los dolores que quedan son las libertades que faltan. Creemos no equivocarnos, las resonancias del corazón nos lo advierten: estamos pisando sobre una revolución, estamos viviendo una hora americana.
La rebeldía estalla en Córdoba y es violenta porque aquí los tiranos se habían ensoberbecido y era necesario borrar para siempre el recuerdo de los contrarrevolucionarios de Mayo. Las universidades han sido hasta aquí el refugio secular de los mediocres, la renta de los ignorantes, la hospitalización segura de los inválidos y - lo que es peor aún- el lugar en donde todas las formas de tiranizar y de insensibilizar hallaron la cátedra que las dictara. Las universidades han llegado a ser así fiel reflejo de estas sociedades decadentes que se empeñan en ofrecer el triste espectáculo de una inmovilidad senil.
Por eso es que la ciencia frente a estas casas mudas y cerradas, pasa silenciosa o entra mutilada y grotesca al servicio burocrático. Cuando en un rapto fugaz abre sus puertas a los altos espíritus es para arrepentirse luego y hacerles imposible la vida en su recinto. Por eso es que, dentro de semejante régimen, las fuerzas naturales llevan a mediocrizar la enseñanza y el ensanchamiento vital de los organismos universitarios no es el fruto del desarrollo orgánico, sino el aliento de la periodicidad revolucionaria.
Nuestro régimen universitario –aun el más reciente- es anacrónico. Está fundado sobre una especie de derecho divino; el derecho divino del profesorado universitario. Se crea a sí mismo. En él nace y en él muere. Mantiene un alejamiento olímpico. La Federación Universitaria de Córdoba se alza para luchar contra este régimen y entiende que en ello le va la vida. Reclama un gobierno estrictamente democrático y sostiene que el demos universitario, la soberanía, el derecho a darse el gobierno propio radica principalmente en los estudiantes. El concepto de autoridad que corresponde y acompaña a un director o un maestro en un hogar de estudiantes universitarios no puede apoyarse en la fuerza de disciplinas extrañas a la sustancia misma de los estudios. La autoridad, en un hogar de estudiantes, no se ejercita mandando, sino sugiriendo y amando: enseñando.
Si no existe una vinculación espiritual entre el que enseña y el que aprende, toda enseñanza es hostil y por consiguiente infecunda. Toda la educación es una larga obra de amor a los que aprenden. Fundar la garantía de una paz fecunda en el artículo conminatorio de un reglamento o de un estatuto es, en todo caso, amparar un régimen cuartelario, pero no una labor de ciencia. Mantener la actual relación de gobernantes a gobernados es agitar el fermento de futuros trastornos. Las almas de los jóvenes deben ser movidas por fuerzas espirituales. Los gastados resortes de la autoridad que emana de la fuerza no se avienen con lo que reclaman el sentimiento y el concepto moderno de las universidades. El chasquido del látigo sólo puede rubricar el silencio de los inconscientes o de los cobardes. La única actitud silenciosa, que cabe en un instituto de ciencia es la del que escucha una verdad o la del que experimenta para crearla o comprobarla.
Por eso queremos arrancar de raíz en el organismo universitario el arcaico y bárbaro concepto de autoridad que en estas casas de estudio es un baluarte de absurda tiranía y sólo sirve para proteger criminalmente la falsa dignidad y la falsa competencia. Ahora advertimos que la reciente reforma, sinceramente liberal, aportada a la Universidad de Córdoba por el doctor José Nicolás Matienzo, sólo ha venido a probar que el mal era más afligente de lo que imaginábamos y que los antiguos privilegios disimulaban un estado de avanzada descomposición. La reforma Matienzo no ha inaugurado una democracia universitaria; ha sancionado el predominio de una casta de profesores. Los intereses creados en torno de los mediocres han encontrado en ella un inesperado apoyo.
Se nos acusa de insurrectos en nombre de un orden que no discutimos, pero que nada tiene que hacer con nosotros. Si ello es así, si en nombre del orden se nos quiere seguir burlando y embruteciendo, proclamamos bien alto el derecho sagrado a la insurrección. Entonces, la única puerta que nos queda abierta a la esperanza es el destino heroico de la juventud. El sacrificio es nuestro mejor estímulo; la redención espiritual de las juventudes americanas nuestra única recompensa, pues sabemos que nuestras verdades lo son y dolorosas- de todo el continente. ¿Qué en nuestro país una ley – se dice -, la ley de Avellaneda, se opone a nuestros anhelos?. Pues a reformar la ley, que nuestra salud moral lo está exigiendo.
La juventud vive siempre en trance de heroísmo. Es desinteresada, es pura. No ha tenido tiempo aún de contaminarse. No se equivoca nunca en la elección de sus propios maestros. Ante los jóvenes no se hace mérito adulando o comprando. Hay que dejar que ellos mismos elijan sus maestros y directores, seguros de que el acierto ha de coronar sus determinaciones. En adelante, sólo podrán ser maestros en la futura república universitaria los verdaderos constructores de almas, los creadores de verdad, de belleza y de bien.
La juventud universitaria de Córdoba cree que ha llegado la hora de plantear este grave problema a la consideración del país y de sus hombres representativos.
Los sucesos acaecidos recientemente en la Universidad de Córdoba, con motivo de la elección rectoral, aclaran singularmente nuestra razón en la manera de apreciar el conflicto universitario. La Federación Universitaria de Córdoba cree que debe hacer conocer al país y a América las circunstancias de orden moral y jurídico que invalidan el acto electoral verificado el 15 de junio.
Al confesar los ideales y principios que mueven a la juventud en esta hora única de su vida, quiere referir los aspectos locales del conflicto y levantar bien alta la llama que está quemando el viejo reducto de la opresión clerical. En la Universidad Nacional de Córdoba y en esta ciudad no se han presenciado desórdenes; se ha contemplado y se contempla el nacimiento de una verdadera revolución que ha de agrupar tan pronto bajo su bandera a todos los hombres libres del continente Referiremos los sucesos para que se vea cuánta razón nos asistía y cuánta vergüenza nos sacó a la cara la cobardía y la perfidia de los reaccionarios. Los actos de violencia de los cuales nos responsabilizamos íntegramente, se cumplían como el ejercicio de puras ideas.
Volteamos lo que representaba un alzamiento anacrónico y lo hicimos para poder levantar siquiera el corazón sobre esas ruinas. Aquellos representan también la medida de nuestra indignación en presencia de la miseria moral, de la simulación y del engaño artero que pretendía filtrarse con las apariencias de la legalidad. El sentido moral estaba oscurecido en las clases dirigentes por un fariseísmo tradicional y por una pavorosa indigencia de ideales.
El espectáculo que ofrecía la asamblea universitaria era repugnante. Grupos de amorales deseosos de captarse la buena voluntad del futuro rector exploraban los contornos en el primer escrutinio, para inclinarse luego al bando que parecía asegurarse el triunfo, sin recordar la adhesión públicamente empeñada, el compromiso de honor contraído por los intereses de la Universidad. Otros –los más- en nombre del sentimiento religioso y bajo la advocación de la Compañía de Jesús, exhortaban a la traición y al pronunciamiento subalterno. (¡Curiosa religión la que enseña a menospreciar el honor y deprimir la personalidad!. ¡Religión para vencidos o para esclavos!).
Se había obtenido una reforma liberal mediante el sacrificio heroico de una juventud. Se creía haber conquistado una garantía y de la garantía se apoderaban los únicos enemigos de la reforma. En la sombra los jesuitas habían preparado el triunfo de una profunda inmoralidad. Consentirla habría comportado otra traición. A la burla respondimos con la revolución. La mayoría expresaba la suma de la represión, de la ignorancia y del vicio. Entonces dimos la única lección que cumplía y espantamos para siempre la amenaza del dominio clerical.
La sanción moral es nuestra. El derecho también. Aquellos pudieron obtener la sanción jurídica, empotrarse en la ley. No se lo permitimos. Antes que la iniquidad fuera un acto jurídico, irrevocable y completo, nos apoderamos del salón de actos y arrojamos a la canalla, sólo entonces amedrentada, a la vera de los claustros. Que esto es cierto, lo patentiza el hecho de haber, a continuación, sesionado en el propio salón de actos la Federación Universitaria y de haber firmado mil estudiantes sobre el mismo pupitre rectoral, la declaración de huelga indefinida.
En efecto, los estatutos reformados disponen que la elección del rector terminará en una sola sesión, proclamándose inmediatamente el resultado, previa lectura de cada una de las boletas y aprobación del acta respectiva. Afirmamos, sin temor de ser rectificados, que las boletas no fueron leídas, que el acta no fue aprobada, que el rector no fue proclamado y que, por consiguiente, para la ley, aún no existe rector de esta Universidad.
La juventud universitaria de Córdoba afirma que jamás hizo cuestión de nombre ni de empleos. Se levantó contra un régimen administrativo, contra un método docente, contra un concepto de autoridad. Las funciones públicas se ejercitaban en beneficio de determinadas camarillas. No se reformaban ni planes ni reglamentos por temor de que alguien en los cambios pudiera perder su empleo. La consigna de hoy para ti, mañana para mí, corría de boca en boca y asumía la preeminencia de estatuto universitario.
Los métodos docentes estaban viciados de un estrecho dogmatismo, contribuyendo a mantener a la universidad apartada de la ciencia y de las disciplinas modernas. Las lecciones, encerradas en la repetición interminable de viejos textos, amparaban el espíritu de rutina y de sumisión. Los cuerpos universitarios, celosos guardianes de los dogmas, trataban de mantener en clausura a la juventud, creyendo que la conspiración del silencio puede ser ejercitada en contra de la ciencia. Fue entonces cuando la oscura universidad mediterránea cerró sus puertas a Ferri, a Ferrero, a Palacios y a otros, ante el temor de que fuera perturbada su plácida ignorancia. Hicimos entonces una santa revolución y el régimen cayó a nuestros golpes.
Creímos honradamente que nuestro esfuerzo había creado algo nuevo, que por lo menos la elevación de nuestros ideales merecía algún respeto. Asombrados contemplamos entonces como se coligaban para arrebatar nuestra conquista los más crudos reaccionarios.
No podemos dejar librada nuestra suerte a la tiranía de una secta religiosa, ni al juego de intereses egoístas. A ellos se nos quiere sacrificar. El que se titula rector de la Universidad de San Carlos ha dicho su primera palabra: Prefiero antes de renunciar que quede el tendal de cadáveres de los estudiantes. Palabras llenas de piedad y de amor, de respeto reverencioso a la disciplina; palabras dignas del jefe de una casa de altos estudios.
No invoca ideales ni propósitos de acción cultural. Se siente custodiado por la fuerza y se alza soberbio y amenazador. ¡Armoniosa lección que acaba de dar a la juventud el primer ciudadanos de una democracia universitaria!. Recojamos la lección, compañeros de toda América; acaso tenga el sentido de un presagio glorioso, la virtud de un llamamiento a la lucha suprema por la libertad; ella nos muestra el verdadero carácter de la autoridad universitaria, tiránica y obcecada, que ve en cada petición un agravio y en cada pensamiento una semilla de rebelión.
La juventud ya no pide Exige que se le reconozca el derecho a exteriorizar ese pensamiento propio en los cuerpos universitarios por medio de sus representantes. Está cansada de soportar a los tiranos. Si ha sido capaz de realizar una revolución en las conciencias, no puede desconocérsele la capacidad de intervenir en el gobierno de su propia casa.
La juventud universitaria de Córdoba, por intermedio de su federación, saluda a los compañeros de la América toda y les incita a colaborar en la obra de libertad que inicia.
Firmado: Enrique F. Barros, Ismael C. Bordabehére, Horacio Valdés,presidentes. Gumersindo Sayago, Alfredo Castellanos, Luis M. Méndez, Jorge L. Bazante, Ceferino Garzón Maceda, Julio Molina, Carlos Suárez Pinto, Emilio R. Biagosch, Angel J. Nigro, Natalio J. Saibene, Antonio Medina Allende y Ernesto Garzón.
Primer contacto con Enrique Pereira
Con este e-mail contacté a Enrique Pereira y a través del cual pude conocer su maravillosa creación diccionarioradical.blogspot.com y también, lo que para mí cuenta, el hecho de conocer a un radical entrerriano de pura cepa, de vasta formación y de una gran calidad humana. A un mes de su partida vaya entonces mí recuerdo.-
"Enrique mí saludo fraterno y radical por tú preocupación ante la crítica situación del radicalismo y fundamentalmente por su accionar en la búsqueda de soluciones que permitan encontrar el horizonte que nos conduzca una vez más hacia la reconciliación definitiva del radicalismo con los afiliados y con la ciudadanía."
"He leido atentamente el borrador de trabajo que contempla la concreción de un seminario donde poder discutir el presente y fundamentalmente sobre el futuro de este querido partido."
"Entiendo que la crisis que afecta a los partidos políticos no es un fenómeno exclusivo de Argentina y en particular de la U.C.R.."
"No obstante, comparto plenamente esa exhortación a dejar de lado los egoismos, a dejar de conjugar en singular para hacerlo en plural, de cambiar el yo por el nosotros."
En relación a estas preocupaciones, hace unos días releyendo un viejo discurso, crudo pero realista de Moises Lebensohn, donde ya en 1942 analizaba los males profundos de la política argentina, en el mismo sostenía "Una crisis profunda afecta al partido, crisis que se viene gestando desde hace muchos años - que no es crisis de un comité ni dimana de una resolución-, sino que es crisis de un sistema, crisis de cuadros activos que se niegan a asumir el "rol" asignado al partido por su historia y exigido por el desarrollo nacional, crisis que lo mismo hubiera acontecido y con mayor gravedad, si hubieramos llegado al gobierno. Una obliación de lealtad democrática debe inducir a quienes tienen la facultad pertinente, a organizar los medios que posibiliten el pensamiento y a las directivas políticas de la masa radical, sin deformaciones de caracter personal, hallar las vías de su expresión autentica".
Y continuaba diciendo desde la tribuna "sin la visión de campanario, sin la subalterna pugna de grupos de aldea, se podrán plantear los debates de fondo que impongan las circunstancias y se elevará el nivel cívico al sufragarse por la orientación, y no por hombres. Los afiliados podrán ser actores con conciencia y responsabilidad, y no espectadores que comprometen el destino del partio. Los hombres de vocación política hallarán un escenario, y los jóvenes, un campo para la brega dignificante en favor de su puntos de vista. Tengo fe en la capacidad de nuestro pueblo, medularmente sano, para el ejercicio integral del procedimiento democrático. Si no la tuviera, militaría en una agrupación que proclama el descreimiento"
La exclusión del pueblo de las decisiones partidarias tiene honda repercusión, hasta en el propio subconsciente popular. Un afiliado de fila no se pregunta: Qué haremos? como quien se siente parte de un todo, ni se responde: "Los radicales queremos tal o cual cosa. Considera las determinaciones de su partido extrañas a la gravitación de su pensamiento y resoluciones, como en efecto lo son, y formula la pregunta que siempre oímos: "Y ... qué dicen los radicales?", así en tercera persona. Para quien analice el mecanismo mental de este interrogatorio, su colocación, en posición ajena, es síntoma de un naciente y gravisimo apartimiento espiritual. La falta de participación en la fijación de las directivas del partido, sumada al desfile de esperanzas ubicadas al márgen de su acción, hacen que los afiliados no se sientan vinculados al éxito de estas directivas y pierdan la conciencia colectiva de responsabilidad esencial en una fuerza democrática"
Entiendo que tres nudos gordianos caracterizan la crisis de la U.C.R., desdibujamiento de la identidad política e ideológica, carencia de liderazgos y exaberbado internismo, para el primer aspecto de la crisis habrá que trabajar fuertemente con mucha discusión y ahí radica la importancia de la iniciativa del correligionario Pereira. Para el segundo aspecto, los liderazgos afloran naturalmente a partir del pensamiento y de la acción. Mientras que para el tercer aspecto la única herramienta para poner freno al internismo que disgrega es la cohesión.
Volviendo al documento, dentro de las propuestas para el progreso de la democratización argentina, en el punto 15, entiendo que para no avasallar las autonomías provinciales, las ratificaciones de las afiliaciones deben estar a cargo de los comités provinciales; en relación al punto 18 no pondría acento en la personalización del presidente del partido.
Creo que hay que brindarle un espacio importante a la discusión en materia comunicacional, los radicales no nos caracterizamos precisamente por una tener una verdadera estrategia comunicacional.
Concluyendo, hace unos días, disfrutaba del arte culinario de Narda Lepes en el canal Gourmet, quien mientras preparaba su receta hablaba de las distintas propiedades del huevo, y una de las que más destacaba es la de unir distintos ingredientes, y creo que haciendo una traspolación en el radicalismo está haciendo falta huevo, devenido en ni más ni menos que volver a instalar ese gran proyecto nacional que es la Unión Cívica Radical, dejo de lado a Narda y vuelvo a Moises Lebensohn, quien con precisión meridiana sostenía para poder reconciliar al partido con los afiliados y con la ciudadanía aquéllo de "Doctrina para que nos entiendan y conducta para que nos crean”.
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Estimados amigos correligionarias y correligionarios:
Varios cientos de radicales, tal vez miles, a los cuales se han remitido borradores, han enriquecido con sugerencias, modificaciones y otros aportes, el texto que les remitimos, con el mismo ruego, sobre el que expondremos unas pocas reflexiones.
Nos encontramos, los radicales, en una muy compleja situación sobre la cual no hace falta explayarse, pues todos la conocemos. Es más que obvio que debemos salir de tal situación y recuperar la calidad de ser alternativa para los ciudadanos, frente a la aparición, tipo producto marketinero, de supuestas oposiciones cuya misión, pareciese, más que lucha contra las nuevas versiones del siempre presente "régimen falaz y descreído" es rapiñar a nuestras gentes más débiles, a los que les resulta dificil seguir en la dificil tarea opositora, que puede ser larga y dura, como lo es toda tarea de largo aliento, y también "cazar" a unos pocos individuos que, desesperados por candidaturas, se regalan como clones de Alem o de Yrigoyen para pasarse sin bagaje alguno ni arma alguna a otros campamentos donde, suponen, pueden sopar alguna cosa.
No nos aterran ni los cantos de sirena, que engañan a los crédulos, ni los golpes de billeteras que tientan a los otros.
Es por eso que debemos organizar, con seriedad, tranquilidad y urgencia, las acciones partidarias nacionales que nos permitan sincerarnos entre nosotros mismos, debatir con la amplitud necesaria, no las canidaturas para el año que viene o para el dos mil once, sino, en primer término, qué es lo que fuimos, qué es lo que somos, qué es lo que queremos ser.
Voces disimiles sobre temas esenciales surgen desde nuestras filas.
Tomamos, a veces, como cuestiones esenciales, a temas que no merecen un minuto de nuestro tiempo. Debemos acotar el internismo caníbal y priorizar las calidades de nuestras representaciones para que, en verdad, sean tales.
Debemos arreglar nuestras querellas internas, para que dejen de ser cada una de ellas una especie de batalla final y tremebunda.
Saber que no hay ningun dirigente, por encumbrado que sea o que se crea, más importante que otro radical, y menos aun que nadie, absolutamente nadie, es más importante que la Unión Cívica Radical.
Es necesario advertir que estamos en una situación muy difícil y compleja. Hay que restaurar cierto grado de disciplina nacional y en vez de poner palos en la rueda, nuestra obligación es ser radicales de verdad, austeros, sinceros, claros, abandonando todo "virtuosismo" idiota, apto para la zancadilla o el macaneo, y apto también para matar a la UCR.
No somos eternos en cuanto no veamos mas allá de nuestras narices.
No podemos ponernos a discutir sobre los problemas de la cosecha gruesa o los líos de Botnia, sin antes arreglar, de una vez y para siempre, las cuestiones ideológicas y metodológicas que nos dividen, separan y estorban.
Saber de nuestros males y tomar conciencia de ellos es tener más de la mitad de la batalla ganada para la supervivencia. Seguir en la pelotera interminable es entrar en patética agonía.
Docenas de correligionario/as de diversas provincias han hecho su aporte para armar el borrador que se agrega al final.
Necesitamos la ayuda de todos, para que sea la obra de todos.
Debemos definir urgentemente estrategias y aclarar cuestiones ideológicas, hasta en materia internacional cuanto más nacional.
El que crea que las ideologías han muerto se equivoca. Gobiernan al mundo, como siempre, invariablemente ha sido.
No es tiempo de retos ni de candidaturas, sino de esfuerzos.
Es tiempo de vivar la mirada hacia los tiempos fundadores y mirar bien lo que estamos haciendo en estos tiempos y resolver si hicimos bien los deberes o somos unos alumnos que tenemos que mejorar. No es dificil llegar a una conclusión. La cuestión es saber si queremos saber o queremos hacernos los distraídos.
Si se hace un Seminario, como anhelamos, lo proponemos y lo deseamos, es imperioso que verse sobre las cuestiones más graves y más serias: ideología y estrategia, no sobre el precio de la soja o los parámetros para exportar maní a Nebraska...
Y si se hace ese seminario que, sin pretensiones sería casi re-fundacional, el mismo no será en la Ciudad de Buenos Aires sino en el interior de nuestro paìs y debe durar todo el tiempo que sea necesario. No nos pueden correr urgencias ni reuniones parlamentarias o viajes al exterior, de nadie, de nadie...
Se reitera que ete texto se hizo con la opinión de muchas y de muchos correligionarios... Pero sigue abierto, por cierto. Rogamos que con urgencia y precisión todo el que desee dar su aporte valioso, por favor, lo haga llegar a las direcciones que se insertan.
Esto está abierto, no es un cerrojo, ni una imposición. Es crear un ámbito para que sus conclusiones sean remitidas a los organismos nacionales del Partido para que lo tomen, para que escuchen o para que si no escuchan, lo arrojen lejos...
Es brindar una posibilidad de participación en el drama radical, en su solución que, si somos austeros, sinceros, si abandoamos locuras protagónicas personales, se solucionará simple y rápidamente y si no, como decía el paisano, si no ¡Si persistimos en egoísmos, en exaltar el "yo" en vez del "nosotros", el diagnóstico es sencillo: "se que no tengo remedio", como se cantaba en el viejo tango entonado por Ignacio Corsini, el gran cantor radical.
Quien quiera hacer llegar su palabra, rogamos hacerlo a:
Respetuosamente
Enrique Pereira
Delegado titular por Entre Ríos al
Comité Nacional de la UCR
Paraná, 27 de enero de 2008
sábado, 13 de junio de 2009
Lucha y Conducta: Moisés Lebensohn
Moisés Lebensohn, nació en Bahía Blanca el 12 de Agosto de 1907, proveniente de familia humilde, se inclinó desde joven al periodismo, en 1931, apenas recibido de abogado, fundó el Diario Democracia en Junín, ciudad que tomó como adoptiva desde muy temprana edad.
Los inicios de su militancia política lo vieron con un breve paso por el socialismo afiliándose poco tiempo después a la Unión Cívica Radical, identificado fuertemente con los principios ideológicos del yrigoyenismo brindó su vida predicando la doctrina, el sacrificio y la conducta de Alem e Yrigoyen.
Sostenedor del yrigoyenismo y partidario de profundizar las conquistas sociales de este, se opuso a los mecanismos fraudulentos de la llamada "década infame" (1930-1943)
Moisés Lebensohn, amante de la democracia y de la lucha por conseguir la igualdad y la libertad, Alimentaba la necesidad de políticas de profunda reforma económica, incluyendo la nacionalización del petróleo y la reforma agraria. Alineado con el sector de raíz más popular del radicalismo, que entonces encabezaba Amadeo Sabattini, junto con otros jóvenes como Ricardo Balbín, Arturo Frondizi, Arturo Illia, Crisólogo Larralde y Alejandro Gómez, conformó el Movimiento de Intransigencia y Renovación (MIR), un grupo opositor a la vieja dirigencia partidaria.
Lebensohn sostenía que el radicalismo de entonces carecía de "ejemplos morales y coraje para hacer reformas vitales de justicia social, que afectan intereses económicos". Junto con los otros dirigentes juveniles del MIR, Lebensohn impulsa un programa transformador que adquiriría forma en el V Congreso de la Juventud Radical en Chivilcoy, en mayo de 1942. Este programa, así como el llamado "programa de Avellaneda" de 1943 y el del Congreso de 1944, serían posteriormente en 1948 incorporados casi totalmente como Bases de Acción Política de la UCR.
En la Declaración de Avellaneda se expresan las necesidades básicas del pueblo argentino especialmente de los obreros.
En los aspectos más destacados la declaración planteó: el derecho a la vida, el seguro nacional obligatorio, la libertad de agremiación y de huelga, la reiteración de la vigencia de la reforma universitaria, la soberanía política y económica del país y la necesidad partidaria de declarar su doctrina y convocar a los hombres que por su conducta puedan servirla.
Fue un gran luchador contra el régimen, ese régimen respaldado por las economías modernas de la vieja Europa, dominado económicamente y que favorecía a la "alteración Nacional" a través de políticas cambiantes en torno a beneficiar a minorías privilegiadas.
Existieron hombres en la política que luchaban contra esa ideología antinacionalista y antiprogresista que planteaba el régimen. Moisés Lebensohn fue uno de ellos. Para la juventud argentina fue considerado "el maestro". Esa juventud que no desempeñaba ningún papel en el partido y que ante sus reclamos no se sentía contenida, fue guiada por un hombre de estudio que nunca abandonó la causa por la que luchaba.
El 13 de junio de 1953 con apenas 45 años, pronunciaba sus últimas palabras "No debo morir", y moría.
Nosotros jóvenes de una Argentina muy golpeada y con heridas que aún no cierran, tenemos el compromiso y la responsabilidad de seguir el camino que nos dejó y marcó Moises Lebensohn.
Debemos servirnos de la posibilidad de luchar por una Argentina soberana, democrática, en donde reine la justicia, la libertad y la igualdad, en donde se respete la patria y en donde exista un sentimiento nacional masivo capaz de emancipar al país de la cultura que nos oprime.
Por todo esto y mucho más no podemos olvidarnos de Lebensohn, y debemos continuar por la causa del pueblo, esa causa que tanto identifico al Radicalismo desde su nacimiento, esa causa por la que tantos hombres del radicalismo como Alem, Yrigoyen, Larralde, Lebensohn, Illia, Balbín, Alfonsín y otros tantos han Luchado.
Y como dijo para todos los radicales de todos los tiempos (de ayer de hoy y del futuro) Moisés Lebensohn:
“Doctrina para que nos entiendan, conducta para que nos crean”
Pablo Eduardo Vázquez
viernes, 12 de junio de 2009
Los ejes de la campaña
Luis Gregorich
Para LA NACION
Esta nota, con título de (no del todo casuales) reminiscencias yupanquianas, también podría llamarse "Los ruidos sin contenido", abominando de la pausa reflexiva y aproximándonos, ahora sí en forma directa y sin juegos de palabras, a otros ejes, los de Don Atahualpa: "No necesito silencio. / Yo no tengo en qué pensar. / Tenía, pero hace tiempo. / Aura ya no pienso más."
Y es cierto que nuestra campaña electoral de mitad de mandato y de renovación legislativa adolece de una desoladora ausencia de pensamiento y creatividad, aparte de sembrar confusión y degradar la actividad política hasta límites impensados, convirtiéndola en mero laboratorio de agravios, sospechosas operaciones judiciales y burlas a la ley.
No es que las campañas políticas, en cualquier parte del mundo, sean jornadas de retiro espiritual o simposios académicos. Es difícil que una campaña se sustente en lo que, un poco hipócritamente, solicitan los dirigentes y candidatos: un debate civilizado en torno a proyectos contrapuestos. El cuerpo electoral de la democracia, compuesto por millones de ciudadanas y ciudadanos de diferente posición social y económica, y muy variadas visiones del país y del mundo, exige ideas sencillas y comprensibles por todos, que además estén encarnadas en personas (en imágenes) creíbles y satisfactorias. La gravitación de los medios masivos en esta producción de sentido es obvia, aunque no definitiva. Y así llegamos, otra vez, a lo que denominamos, para entendernos, los ejes de una campaña.
En esta línea, se ha mencionado muchas veces, en la literatura especializada y en el ambiente periodístico, la campaña que en 1992 le permitió a Bill Clinton acceder a la presidencia de los Estados Unidos, después de arrancar con ostensible desventaja frente a quien era su antecesor, George Bush (padre). Se cuenta que el principal estratega de la campaña clintoniana, James Carville, mandó fijar, en el cuartel central del candidato, un cartel con tres consignas simplificadoras: "1. Change vs. more of the same (cambio vs. más de lo mismo); 2. The economy, stupid (la economía, estúpido); 3. Don´t forget health care (no olvidar la atención de la salud)". Aunque los tres mandatos obedecían a reclamos fuertemente arraigados en la población, fue el segundo el que alcanzó mayor penetración y eficacia, se transformó en el eslogan predilecto de la campaña y se popularizó después, en todas partes, con un pequeño agregado verbal ("¡Es la economía, estúpido!"). Es obvio que nada habría sucedido con la frase si la economía norteamericana, en ese tiempo, hubiese tenido un buen desempeño.
¿Cuáles son los "ejes" que podemos identificar en nuestra actual campaña, descontando su escasa imaginación y su lógica pedestre? Si bien se mira, esos ejes no están tan lejos de lo que cabía esperar.
Por el lado del oficialismo, todo se concentra -y es natural que así ocurra- en la gestión realizada y en la denuncia de enemigos reales o imaginarios, que son los que impiden que esa gestión resulte aún mejor de lo que en realidad fue (para el Gobierno). Como en todas las gestiones, hay aspectos positivos que son magnificados y aspectos negativos que son silenciados. Los antagonistas elegidos son tan distintos entre sí como pueden serlo el campo, la prensa y la década del 90. Lo que reduce las posibilidades de los ejes del Gobierno, mucho más que en las dos elecciones anteriores, es la severa pérdida de credibilidad producida no tanto por la crisis mundial o los declives de la economía local como por errores propios.
En el listado figuran el doble comando del matrimonio presidencial, el deslucido papel de importantes ministros de rápida lengua, que en lugar de dialogar con la oposición la patotean complacidamente, la falta de voceros y conferencias de prensa, el contrapeso negativo de un Consejo de la Magistratura adicto frente a una buena conformación de la Corte Suprema, un estilo confrontativo y hegemónico que ha desembocado en el innecesario conflicto con el campo y, por supuesto, la burda manipulación de las cifras del Indec, que torna poco confiables todos los números que el Gobierno ofrece, como principal propaganda electoral, sobre índices de pobreza, desempleo y crecimiento económico.
Desde la intimidad misma de la campaña, la invención de las candidaturas testimoniales sólo ha servido para profundizar el descreimiento popular ante la división de poderes y el sistema de representación democrática.
El eje de campaña de la oposición, como sucede con todas las oposiciones del mundo, es la crítica al Gobierno, hecha con mayor o menor prolijidad por quienes han sido opositores desde un primer momento o por quienes recientemente han abandonado el barco oficial, desilusionados ideológicamente o descompensados materialmente. La oposición sufre, entre otras cosas, la enfermedad de la fragmentación y desintegración del sistema político, las dificultades para dialogar entre sí, los tironeos de los caudillos territoriales y la pugna de los personalismos, y la falta relativa de recursos, con la única excepción del candidato millonario de la provincia de Buenos Aires, que gasta -es cierto: su propio dinero- con la misma impavidez que el oficialismo. Es curioso -valga otra peculiaridad argentina- que dos candidatos millonarios, ambos cabeza de lista, disputen duramente el predominio sobre el conurbano bonaerense y sus bases de clase trabajadora y sectores indigentes, en una colosal metáfora del mafioso clientelismo nacional.
En las últimas semanas, la oposición, razonablemente, ha convertido también en eje de campaña el caso de las candidaturas testimoniales, especialmente la del gobernador Daniel Scioli, que se niega a contestar en forma concreta si asumirá la banca de diputado nacional para la que se presenta (ambigüedad ante la cual los comunicadores sociales deberían repreguntarle si entonces contempla, "eventualmente", no asumir su banca). Sin embargo, esta discusión jurídico/institucional, a todas luces legítima, termina ocupando demasiado tiempo y permite al Gobierno y a sus portavoces seguir manipulando a la opinión pública, buena parte de la cual (sobre todo en el citado conurbano) subestima estos temas.
Sólo como ejercicio intelectual, o deseable utopía, proponemos a los lectores un eje de campaña que, según creemos, sirve en la Argentina para estas elecciones, y para todas las que vienen. ¿Qué pasaría si un candidato o candidata (de proyección nacional) se apoderara obsesivamente, por decirlo así, del eje de la educación y de la vida de nuestros chicos? No digamos que no se refiriera, en su campaña, a otros temas capitales, como, por ejemplo, la justicia social, la seguridad o la salud, pero siempre a partir de su relación con el núcleo central mencionado.
Por supuesto, este heredero de la obstinación sarmientina debería sentir con intensidad, maniáticamente, la pasión de la educación. Debería rodearse de un grupo de expertos, pero sin perder el contacto directo con los chicos y sus problemas. Debería enfrentar la violencia y disolución familiar, y la invasión de la droga, y reemplazar el asistencialismo por una política más amplia y general. (Hay que reconocer que Elisa Carrió fue la primera en postular la asignación universal a la niñez y el combate frontal contra el paco. Pero en su estrategia no se instaló como portaestandarte de la educación, en un sentido global.)
El diseño de un proyecto educativo rigurosamente público, desde el jardín de infantes, y la realfabetización hasta la excelencia universitaria, con maestros y profesores calificados, con inversiones en infraestructura y recursos humanos, interactúa con la creación de puestos de trabajo, con el desarrollo del país y con su proyección a la complejidad del mundo actual. La apuesta por la educación construye, también, la formación de la ciudadanía, el respeto por la ley y la voluntad de integración y convivencia. Debe reiterarse hasta el cansancio que la más aceitada movilidad social y el progreso más consistente, si es que hay algo parecido, son los que brinda la educación, que a la vez dispersa los fantasmas del autoritarismo.
¿Apenas estamos repitiendo expresiones de deseos? Ya se sabe, un candidato con un eje de campaña así, loco por los pizarrones y la ortografía, no existe en ninguna parte, es pura ilusión y creación virtual. ¿Quién lo apoyaría? ¿Quién financiaría sus spots publicitarios? Quizá tampoco sería muy votado. Pero no por eso deja de ser necesario imaginarlo, al menos por contraste con los demás, en un mundo en que la capacidad para aprender y crear conocimiento será cada vez más decisiva y en que la justa distribución de los bienes simbólicos se reclamará tanto como el pan. Y después de todo, para usar una muletilla de los dirigentes políticos en campaña, ¿dónde está la garantía del futuro?
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