sábado, 27 de junio de 2009

Una vida anunciada


Por Andrés Calamaro

No habrá sido fácil ser Michael; pero el viernes un hombre se convirtió en leyenda y en historia, en ícono del siglo veinte, del brillo de Marilyn Monroe o Lady Di, un soulman infantil convertido en arquitecto del pop universal que bailaba con su propia sombra.

Terminó también una década infame para Mike; todos fuimos testigos amorales de la accidentada vida social (y judicial) de Michael Jackson, que dejó este mundo con cincuenta años y dejó detrás el misterio, algunos discos revolucionarios y la gran incógnita que fue él mismo: qué anidaba en su alma (?), era un ángel o un demonio este MJ que parecía querer detener el tiempo para convertirse siempre en sí mismo (?).

Sin duda, fue un día triste para el mundo. El legado de Michael Jackson supera el análisis musical; íntimamente creo que fue un gran músico multidisciplinario; siempre me lo imaginé consistente en el estudio y creo que estaba grabando un disco nuevo, desde 2001, con colaboradores como will.i.am... la foto más reciente que vi de MJ me gustó y me emocionó un poco: él con su hijo adolescente (ya de 13 años), entrando al estudio de grabaciones.

Va a ser difícil no recordarlo por TODO. Más allá del juicio moral, más o menos hipócrita, todos podemos sentir legítima tristeza por el sorpresivo final del menor de los Jackson; habíamos leído rumores sobre su delicado estado de salud y, por lo visto, alguno era cierto...

Off the Wall y Thriller son la “vereda del sol” en la vida musical de Jacko. Sus episodios legales y sus costumbres excéntricas fueron un espectáculo sombrío del que todos fuimos espectadores impiadosos, porque a veces quedarse viendo cómo se derrumba un gigante nos parece una buena forma de pasar el tiempo.

Para mí, estamos despidiendo a un mito de la categoría de James Dean o John Lennon. Es posible que no haya dejado el legado musical que merecía; quizá por el hecho de ser un talento infantil no llegó a los niveles de Stevie Wonder, Miles Davis o Muddy Waters, pero no cabe duda de que la música y el baile (que pertenecen a los pueblos del mundo) están (¡estamos!) de luto por MJ... Bad!

PD: Miss you, Michael.

Fuente: http://www.criticadigital.com/index.php?secc=nota&nid=25499

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