Alejado del muy en boga “mí voto no es positivo, mí voto es contra” o de “que la historia me juzgue. Pido perdón si me equivoco”, el concejal oficialista de la ciudad de Rosario, Juan Rivero en relación al incremento de la tarifa del transporte urbano de pasajeros sostuvo ante el decano de la prensa argentina: “Si voto por la negativa, todo queda como está. Por eso me abstengo, porque quiero llamar la atención sobre el tema”.
Este peculiar modo de llamar la atención del edil Rivero posibilitará con su decisión no solo el quórum sino también la aprobación del incremento de la tarifa del transporte urbano de pasajeros al habilitar el voto doble del Presidente del Concejo Municipal, en la jerga parlamentaria este accionar se denomina “votar con el culo”.
Cabe consignar que constituye toda una paradoja el llamado de atención que intenta desarrollar el concejal, puesto que desde el campo discursivo sostiene una conmovedora argumentación en contra del incremento “ afecta los bolsillos de los sectores informales, unas 200.000 personas que necesitan el ómnibus para buscar trabajo y que, en la actualidad, padecen las falencias del servicio” y a la hora de accionar contra dicha medida antipopular define “votar con el culo” posibilitando dicho incremento.
La disociación entre el pensamiento y la acción es una de las críticas más importantes que la ciudadanía formula hacia la dirigencia política, por eso a partir de la posición adoptada por el concejal Rivero y sin entrar a conjeturar acerca de eventuales contraprestaciones, queda como reflexión que sigue siendo una asignatura pendiente ser consecuentes entre lo que se dice y lo que se hace.
http://www.youtube.com/watch?v=CYP9lA-g1_I
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